domingo, 26 de octubre de 2014

¡Tú, poeta!

No 
te enamores 
de un poeta, 
imbécil. 

Alguien 
capaz de construir  
mundos 
con palabras, 
es también 
quien los puede derrumbar 
con silencios. 

Que acorta los kilómetros 
con versos; 
los físicos 
son números, 
él sólo querrá saber de letras. 

No 
te enamores 
de un poeta, 
imbécil. 

Sabrá qué decir, 
cuándo, dónde y cómo; 
te convertirá en 
musa,  
verso, 
poesía y polvo 
a su antojo. 

Leerá 
e interpretará 
cada una de tus lineas, 
cada una de tus curvas, 
cada uno de tus garabatos; 

sabrá, también 
el significado de tus folios 
en blanco. 

No 
te enamores 
de un poeta, 
imbécil. 

Esconderá 
sus ideas 
en un sobrero que, 
entiende, 
sólo se quitará en la cama; 
para entonces 
ya no llevarás 
ni ropa, 
ni dudas, 
ni miedos. 

No te enamores de una poeta imbécil, 
tampoco. 

¡Qué 
soy esa imbécil, 
digo!