jueves, 23 de abril de 2015

¡Una mujer a la deriva!

Verme desde sus ojos, 
saberme entre sus líneas; 
sabernos 
sin saber a qué sabemos. 

Querernos. 

Ir más allá de kilómetros y mares; 
hablamos 
del kilómetro cero de nuestra vida, 
de mis mareas entre sus manos, 
de su sabor en la punta sus dedos, 
de mis lunares marcando el camino de 
sus 
pasos 
por 
mí, 
vida. 

Sigue siendo igual de duro 
'un invierno sin Sol' 
cómo frío 
un invierno sin él. 

Y mira 
que soy invierno, 
que puedo llegar a ser tan fría 
cómo sus vientos; 
y mira 
que le gusta perderse 
entre las hojas caídas de mis dudas, 
leerse entre rotos y destrozos. 

Llegará 
buscando salvarse, 
náufrago de sal y herida; 
vendrá 
creyéndose salvado. 

En mis resacas 
tirará de sonrisa salvavidas, 
yo seguiré su corriente... 

¡Una mujer a la deriva! 

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